sábado, 23 de enero de 2010

“ALBERTO FERNÁNDEZ FUE UN HOMBRE DE MAGNETTO EN EL GABINETE”


“ALBERTO FERNÁNDEZ FUE UN HOMBRE DE MAGNETTO EN EL GABINETE”
Por Néstor Leone

Carlos Kunkel, diputado del Frente para la Victoria, denuncia un proceso de desestabilización contra el Gobierno y apunta contra el Grupo Clarín
Es uno de los dirigentes más cercanos a Néstor Kirchner, y uno de los que más lo conoce. De hecho, su nuevo despacho en el Congreso está a metros de la oficina de su jefe político, y la banca que ocupa en el recinto, a su diestra. Muchos años de fidelidad reconocida avalan esa ubicación. Por eso, cuando Carlos Kunkel habla, siempre mordaz y con frases altisonantes, no es un diputado más el que lo hace. Sus palabras adquieren otra significación y sus dichos, otro peso. En esta oportunidad, le cuenta a Debate algunos pormenores del acuerdo político implícito que existía entre el Gobierno y el Grupo Clarín, las razones de la ruptura y el rol de Alberto Fernández. Además, habla de la oposición, la carrera a 2011 y el futuro del gobierno.
¿Qué cambia, en la dinámica del Frente para la Victoria, que Néstor Kirchner sea parte del bloque?
Lo que queda claro es que el peronismo, cuando aparecen situaciones de crisis o cuando se quiere alterar la normalidad institucional, pone a sus figuras centrales en su primera línea de acción y asume la responsabilidad de defender la democracia. Que el jefe del peronismo venga como diputado implica eso.
¿Considera que hay un intento de ese tipo?
Hay que recordar que el 14 de junio de 2008 intentaron hostigar la Quinta de Olivos. Néstor Kirchner se subió al helicóptero, pero no para irse al exterior ni para huir, sino para ir a Plaza de Mayo. Y no se puede negar que durante ese año y 2009 hubo varios intentos desestabilizadores que fracasaron. Nosotros vamos a defender la democracia y la institucionalidad en el lugar que cada momento resulte importante.
¿Usted será su ladero en el Congreso, como el cambio de ubicación de su oficina parece significar?
No, de ninguna manera. Simplemente voy a ser, como he sido siempre, un militante que cumple roles y funciones según la coyuntura. Ahora, el contador Héctor Magnetto ha hecho que todos sus amanuenses plumíferos, periodísticos y políticos, hablen de “poder de turno”. Quiero explicarles que sí, es el poder de turno; pero, sobre todo, el poder de la democracia. Y contra el poder de la democracia, que siempre es por turnos, está el poder de los poderes económicos concentrados y de las corporaciones, que son permanentes. El señor Héctor Magnetto fue socio y copartícipe en la desaparición de niños durante el gobierno de su amigo José Martínez de Hoz y Jorge Rafael Videla, y fue interlocutor de muchos gobiernos…
Incluido el de ustedes.
Incluido el nuestro, efectivamente. Y tuvo algunos hombres de su máxima confianza en la jefatura de Gabinete. Pero, evidentemente, no le es suficiente. Nunca le es suficiente. Las corporaciones y el poder concentrado quieren todo el poder.
Durante este año la disputa entre el Gobierno y Clarín…
Le llamaría disputa entre las instituciones de la democracia y las corporaciones, entre el poder de turno, que es el que la ciudadanía nos otorga, y el poder que se cree permanente, pero que también es efímero, como todas las cosas. Desde 1806, cada vez que los liberales se han apoderado del poder en el Río de la Plata, lo que han hecho es vaciar las arcas y quedarse con el esfuerzo de todos. Y cuando ya la situación es absolutamente caótica, dejan que haya un gobierno un poco más nacional y popular para hacer la reconstrucción del aparato productivo. Así se repitió durante toda nuestra historia. Ahora es exactamente lo mismo. En 2003 nos vieron con simpatía; primero, porque habíamos dejado que un hombre de su confianza integrara nuestro gabinete. Pero no se lo hizo por mala fe o picardía…
¿Se refiere a Alberto Fernández?
Sí, por supuesto. Se hizo porque no tenemos la visión estalinista que tienen algunas de las principales plumas que el contador Héctor Magnetto ha puesto en su multimedio. Provienen de otra tradición político-ideológica y consideran que el poder tiene que ser total y concentrado. Nosotros consideramos que los distintos estamentos sociales y factores que hacen a la vida de una sociedad como la nuestra tienen que estar representados en un gobierno que abarque a todos. Pero lo que empezó a molestar es que este Gobierno acotó la discrecionalidad que tenían algunos representantes de esas corporaciones y a fortalecer el ejercicio del poder de quienes provienen del voto popular. Eso es lo que no fue admitido por Magnetto y sus adláteres.
¿No cae en una especie de personalización o empecinamiento cuando hace una referencia constante a Magnetto? ¿No simplifica un proceso y una realidad mucho más compleja?
Cuando se critica al peronismo centrándose en Cristina o en Néstor también se personifica. Lo que pasa es que el contador Héctor Magnetto es la personificación de la alianza y la colaboración estrecha con Martínez de Hoz y, desde entonces, con cuanto gobierno haya habido. Repito: incluso con el nuestro. Claro, con la promesa de que iban a respetar el funcionamiento institucional. Pero cuando ya habíamos terminado la reconstrucción, nos dicen que cumplimos nuestro ciclo y que ahora volvían ellos. Así llegó la fractura. El Gobierno no se quedó sólo con la reconstrucción sino que avanzó hacia el núcleo duro del antiguo modelo. Tal vez el hecho más importante de estos dos últimos años haya sido que los factores de poder, que decidían sobre la vida y las condiciones de producción y eran desconocidos por más del 90 por ciento de los argentinos, ahora tengan luz pública. Se sabe quiénes son y cómo actúan.
El Gobierno perdió la adhesión de sectores importantes de la sociedad no sólo por la acción de estos medios. ¿Cuál es la autocrítica?
Es cierto que había una necesidad de integrar a sectores políticos, sociales, empresariales, pero me parece que debía haberse acotado un poco antes el poder de algunos de ellos.
¿Eso es todo?
Ésa es mi interpretación.
¿Qué lectura hace de lo que pasó estos días alrededor del Fondo del Bicentenario y el caso Redrado?
Lo que sucedió no deja de ser una discusión sobre aspectos instrumentales o técnico-jurídicos. El gran debate que tenemos que dar es qué se tiene que hacer con la deuda externa, porque los que se oponen a este modelo de crecimiento y distribución del ingreso no lo dicen. Y, como no lo dicen, tengo que suponer que cada uno de ellos va a hacer, si tuviese la oportunidad, lo que hicieron cuando les tocó gobernar. Por ejemplo, los Rodríguez Saá, declarar el default, con las consecuencias que ya soportamos. O los radicales, hacer un megacanje, con el cual vamos a pagar el doble de intereses por la deuda y 456 millones de dólares de comisión. Y Eduardo Duhalde, supongo, que querrá desvalorizar la moneda. No planteo que quien haya estado en la función pública y quien haya cometido errores o haya tomado medidas que no dieron los resultados esperados no puedan seguir opinando. Pero, antes, tendrían que hacerse cargo de lo que intentaron y de ver cómo les fue.

Cobos y Redrado
La controversia sobre las reservas puso, nuevamente, en discusión la figura del vicepresidente Julio Cobos por el rol que habría jugado en el caso Redrado.
No, que habría jugado no. Que jugó. Las conversaciones con el contador Héctor Magnetto existieron. Y no estoy tocando, con esto, al gremio periodístico, porque este señor jamás firmó una nota. Es un contador, que entró como empleado en un diario y terminó como dueño. Parece que le pagaban un buen sueldo y ahorraba bastante. Pero las conversaciones existieron. Y también existieron las conversaciones con Hernán Pérez Redrado. Nadie, hasta ahora, pudo desmentir eso.
¿Entonces?
Va a pasar lo mismo que con el presagio de Hugo Biolcati y Mariano Grondona, cuando anunciaron que el 29 de junio asumía Cleto Cobos. Va a fracasar el intento desestabilizador. La sociedad y la democracia están suficientemente consolidadas como para que esto pase.
Respecto de Cobos, ¿debería renunciar?
Respecto del funcionamiento de las instituciones… Acá lo importante no son las personas, sino las instituciones. No hay ninguna democracia occidental o países con nuestro sistema donde el representante del Ejecutivo en el Parlamento sea la cabeza de la oposición. Pero el hecho institucional más grave de los últimos años fue que el jefe del cobismo de la provincia de Buenos Aires y virtual jefe de campaña de Cleto Cobos, Daniel Katz, haya anunciado hace quince días que la fórmula sería Cobos-Ricardo Lorenzetti, el titular de la Corte Suprema. Es de una gravedad institucional no suficientemente comprendida. Dos de las cabezas de los tres poderes del Estado están, a través de un vocero político, anunciando una fórmula. Si esto no merece, por lo menos, una acordada de la Corte, aclarándolo, tengo el derecho de pensar que todo se hace en el marco de una campaña electoral.

La interna del PJ
En 2011, ¿Néstor o Cristina?
Los candidatos los vamos a decidir no antes de mediados de 2011. Si la elección tuviera que ser dentro de sesenta días, indudablemente nuestro candidato sería Néstor Carlos Kirchner.
La reforma política, entre otras cosas, convierte en obligatoria, simultánea y abierta la elección interna. ¿Quién cree que sería su rival?
¿De qué partido?
Del Partido Justicialista.
¿En la interna? No sé. Puede haber muchos compañeros dirigentes del peronismo, que estén dentro del Partido Justicialista, que no hayan sido candidatos por otros partidos y tengan aspiraciones.
A Carlos Reutemann, por ejemplo, ¿lo ve como contrincante posible?
No sé si va a querer serlo. Por supuesto que tiene derecho. Él nunca se fue del Partido Justicialista ni fue candidato por otro partido.
¿Felipe Solá?
Fue candidato por otro partido.
Pero podría serlo.
Es una afirmación suya.
Duhalde parece estar de regreso y con intenciones de intervenir en la interna. ¿Cómo lo ve?
Ojalá se presente como candidato. En los momentos decisivos y trascendentes tenemos que asumir la responsabilidad de disputar la representatividad y ejercerla. Entonces, si el doctor Eduardo Duhalde quiere participar en la vida política argentina y no confirma su adhesión a otro partido, puede hacerlo. A partir de allí, los afiliados decidirán qué rol tiene que cumplir.
¿No temen que, en internas abiertas, el votante independiente se vuelque contra Kirchner?
En 2011 vamos a hacer la mejor propuesta posible, sobre la base de los programas históricos del peronismo, adecuados a este tiempo, e independientemente de la especulación sobre el resultado electoral. Pero vamos a ganar.
¿Lo ve a Kirchner en segunda vuelta, entonces?
Veo al candidato del peronismo ganando las elecciones y jurando el 10 de diciembre de 2011.

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